Según los expertos aseguran que esta crisis no afectará a los precios de obra nueva de nuestro país, dado que dicen no se puede comparar esta situación con la vivida en el año 2008 en cuanto a vivienda se refiere. Las empresas de construcción afrontan esta nueva situación muy diferente a la anterior, con fondos y endeudamientos controlados a corto y medio plazo. Únicamente achacan el parón económico a que debido al COVID-19 se retrasen lanzamientos de las nuevas promociones.

El sector promotor se plantea decelerar la construcción de viviendas e incluso no empezar con ellas hasta no tener prevendida la promoción. Obviamente esta situación no se plantea efectiva en todo el territorio nacional. En las grandes ciudades seguirá como hasta ahora se venía haciendo, intentando reactivar cuanto antes su economía en esta área.
Así bien, la promoción de viviendas es y seguirá siendo uno de nuestros principales motores económicos de nuestro país. Desde el sector, se asegura que “los costes pueden caer al principio, pero se ajustarán al máximo rápido ya que la construcción mueve muchos mercados y eso hará que los precios se estabilicen” en un corto periodo de tiempo.